¿Ha notado alguna vez pesadez, fatiga o incluso palpitaciones en las piernas, sobre todo después de estar de pie o sentado mucho tiempo? Podrían ser signos de reflujo venoso, un trastorno en el que el flujo sanguíneo de las venas de las piernas lucha contra la gravedad para volver al corazón. Aunque el reflujo venoso es más frecuente en las piernas, también puede afectar a otras zonas, como la ingle o incluso el recto.
¿Qué es la enfermedad por reflujo venoso?
La DVR se produce cuando las pequeñas válvulas de las venas de las piernas no funcionan correctamente, lo que permite que la sangre fluya hacia atrás y se acumule en la parte inferior de las piernas. Este estancamiento provoca un aumento de la presión, causando una cascada de síntomas desagradables:
- Hinchazón (edema): Los tobillos y los pies suelen ser los primeros en mostrar los signos reveladores de la hinchazón, que puede empeorar a lo largo del día y mejorar con la elevación.
- Dolor, pesadez y fatiga: Las piernas pueden sentirse cansadas, pesadas y doloridas, especialmente después de estar mucho tiempo de pie o sentado.
- Decoloración: La piel alrededor de los tobillos puede adquirir un tono marrón o rojizo debido a la acumulación de sangre.
- Varices visibles: Estas venas abultadas y retorcidas aparecen debido a un aumento de la presión en las venas superficiales.
- Cambios en la piel: Puede aparecer sequedad, picor e incluso eczema en la piel afectada debido al deterioro de la circulación.
- Úlceras en las piernas: En casos graves, la insuficiencia venosa crónica puede provocar úlceras abiertas en las piernas que tardan en curarse.
Tipos de reflujo venoso:
Los VRD pueden clasificarse en dos tipos principales:
- Reflujo venoso superficial: Afecta a las venas más pequeñas y próximas a la superficie de la piel y suele asociarse a varices visibles.
- Reflujo venoso profundo: Afecta a las venas más profundas de la pierna y puede ser más grave, ya que puede provocar coágulos sanguíneos.
Diagnóstico del reflujo venoso:
Si sospecha que padece VRD, es probable que el médico le realice una exploración física y le pregunte por sus síntomas. También puede solicitar pruebas como:
- Ecografía Doppler: Esta prueba indolora utiliza ondas sonoras para evaluar el flujo sanguíneo e identificar cualquier daño valvular.
- Pletismografía: Esta prueba mide los cambios de volumen sanguíneo en las piernas para evaluar la gravedad de la VRD.
Opciones de tratamiento del reflujo venoso:
La buena noticia es que la ERV no tiene por qué ser una carga para toda la vida. Existen opciones de tratamiento para controlar los síntomas y prevenir complicaciones:
- Cambios en el estilo de vida: Elevar las piernas, usar medias de compresión, mantener un peso saludable y hacer ejercicio con regularidad pueden mejorar significativamente los síntomas.
- Procedimientos mínimamente invasivos: La escleroterapia inyecta una solución para colapsar las venas afectadas, mientras que la ablación con láser utiliza calor para lograr el mismo resultado. VenaSeal utiliza un adhesivo médico para sellar la vena afectada desde el interior.
- Cirugía: En casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para extirpar o reparar las venas dañadas.
Los peligros de la enfermedad por reflujo venoso no tratada
El diagnóstico y el tratamiento precoces de la VRD son cruciales para prevenir complicaciones como úlceras cutáneas y coágulos sanguíneos. Si experimenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente, no dude en consultar a un especialista de United Vein and Vascular Center. Con el tratamiento adecuado, puede mantener sus piernas sentirse y verse lo mejor posible en los años venideros.