La pierna se envolverá en una media de compresión durante unos días. Puede reanudar sus actividades normales inmediatamente, pero posponga el ejercicio de alta intensidad durante un par de días. El dolor posterior al procedimiento es mínimo.
Volverá para una breve visita de seguimiento para asegurarse de que la vena está completamente cerrada, y la mayoría de nuestros pacientes vuelven a su programa de actividades en pocos días. La ARF suele ser definitiva, lo que significa que no se necesitan más tratamientos de inmediato. Los resultados pueden tardar unas semanas en aparecer, pero el alivio del dolor puede ser casi instantáneo y durar años. El procedimiento puede repetirse si es necesario.
En general, nuestros pacientes están encantados con los resultados, que son duraderos e implican muchas menos molestias que las técnicas de tratamiento venoso anteriores. Se recomienda que los pacientes continúen moviéndose y caminando tanto como sea posible para permitir un flujo sanguíneo adecuado. No deberían quedar cicatrices tras la intervención, pero no es inusual sentir nudos rígidos y sensibles en la superficie de la piel -con cierto enrojecimiento-, ya que es un signo del cierre de la vena.